De un circuito histórico como Spa, la Fórmula 1 salta a otra
de las pistas míticas del calendario. Le llaman el templo de la velocidad. La
F1 llega trazado italiano de Monza,
territorio Ferrari donde los haya. La decimosegunda prueba puntuable
para el Campeonato Mundial de Fórmula 1 2013 se disputará entre el color
rojo y la gran pasión de miles de tifosi hambrientos de victoria. Este
es el circuito más fácil para hacer un previo, solo hay rectas y más rectas,
interrumpidas por algunas chicanes y una sola curva rápida, como no. Nada más,
ni nada menos, monotonía total, así que soso, soso el trazado.
El circuito italiano es un trazado permanente situado en
medio del parque de la Villa. Real de Monza (a unos 25 km de la ciudad de Milán)
y que lleva en la Fórmula 1 desde sus orígenes en 1950, tiene una longitud
de 5.793 metros,
que los pilotos tendrán que completar hasta en 53 ocasiones el domingo para
conseguir una distancia total de carrera de 306.720 km. Lo conforman
11 curvas, 7 de ellas a derechas y 4
a izquierdas. Es el circuito más rápido del Campeonato,
con una velocidad media de 260
km/h, colocando así al trazado italiano en el liderato
en cuanto a velocidad media se refiere haciendo que la carrera sea la más corta
en tiempo del año, en menos de hora y media esta ventilada.
En líneas generales debemos decir que es un circuito
rapidísimo con bruscas frenadas que exigen al máximo al monoplaza, siendo
necesaria una preparación especial para el coche. En la recta principal del
circuito, la de salida es donde se
registró la velocidad punta más alta, cercana a los 370 km/h en los últimos años de los motores V10 que eran mucho más potentes que los actuales V8 o con el futuro V6 turbo con los que no se podrá llegar a alcanzarlo. Monza es una
pista técnicamente muy compleja en la que la habilidad del piloto juega un
papel muy importante. Buscar subirte lo máximo posible al piano te hace
conseguir buenos tiempos pero si te cuelas, la carrera se acabó para ti.
Además, es el circuito más problemático para el motor dado que
más del 75% de la vuelta se realiza con el acelerador pisado al máximo. Se
trata de un trazado en el que se alternan las altas velocidades de las curvas
con la reducción hasta baja velocidad en curvas y chicanes. En cada vuelta se
pierden alrededor de tres décimas con 10 kilos de combustible de más. Por
vuelta se consumen 2'5 kilos de combustible. Aquí no sólo el motor sufre, sino
también los frenos, como ocurre en la recta principal donde superamos los 360 km/h y se reduce hasta
aproximadamente 80 km/h
al llegar a la variante del Rettifilo. Los frenos deben ser muy bien revisados
por los mecánicos así como la refrigeración de los mismos, ya que juegan un
papel fundamental a lo largo del Gran Premio de Italia. Otro aspecto interesante es que debido a la baja carga aerodinámica el drag (resistencia) se reduce mucho y eso afecta a la frenada ya que no ayuda a parar el coche. Los pilotos tienen que modificar la distancia de frenado teniendo que alargarla muchos metros más que lo suelen hacer en el reto de circuitos. Normalmente se pisa el pedal a fondo a falta de 100 m del vértice de la curva. Aquí se hace unos 30 m antes. Curioso, verdad.
El primer punto de detección estará colocado poco antes de la entrada a Lesmo 2, con el área de activación situada a lo largo de la Curva del Serraglio. Una segunda línea de detección se encuentra antes de la Parabólica, después de la cual los pilotos podrán utilizar el dispositivo de nuevo en la recta principal.
Otro punto importante a revisar es la suspensión. Los pilotos intentan arañar cualquier décima de segundo para ser más rápidos y lo hacen batallando con los pianos, para lo que el coche debe estar preparado. La entrada en los pianos es muy brusca y aquí es donde más puede sufrir la máquina. Hace un año le sucedió eso a Fernando, rompiendo un elemento en la Q3 y le condujo al final de esa calificación.
Los neumáticos sufren un gran desgaste provocado por las fuertes frenadas pero no provoca muchos problemas a los equipos dado que con las amplias rectas recuperan su temperatura ideal. Pirelli, llevará al Gran Premio de Italia los neumáticos duro y medio. Se trata de la misma combinación que ya se utilizó en el pasado Gran Premio de Bélgica, los más duros de la gama. Sin embargo, mientras que Spa es un circuito que impone mucha energía lateral en los neumáticos, en Monza se trata de energía longitudinal que atraviesa las cubiertas, haciendo necesario un alto nivel de agarre mecánico. Esto significa que el sobrecalentamiento y el blistering pueden ser un problema si no se controlan. Así que la gestión correcta de los neumáticos puede tener un efecto muy importante en la carrera y la estrategia. En Monza no sólo se pone a prueba el rendimiento de los neumáticos, sino también la durabilidad, ya que se producen muchos impactos de alta velocidad con los pianos, que suponen otro aspecto importante de esta carrera.
Todos los equipos traen aquí novedades para sus monoplazas,
aunque más que evoluciones propiamente dichas, los cambios que veremos en los
coches tendrán más que ver con la particular configuración aerodinámica que se
necesita sobre la pista italiana.
El tiempo será inestable. Se esperan tormentas y posible lluvia para el domingo.
El GP de Italia es la cita de casa para Ferrari y el apoyo
de sus aficionados se notará más que nunca aquí, tanto que Button dice que no
le gusta subir al pódium ya que abuchean a todo aquel piloto que no sean rojo. Esperemos
que sea igual de entretenida que hace un año, pero eso será otra historia.
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